Como cada año estamos a las puertas de la compra de los libros de texto para el próximo curso escolar de nuestros hijos. De nuevo nos enfrentamos a la frustración que supone el no aprovechamiento de los libros de años anteriores para hermanos más pequeños, los elevados precios, la falta de materiales audiovisuales, la cantidad de papel utilizada, el peso, el uso de libros en todas las asignaturas, la necesidad de forrarlos, ...
En muchas comunidades autónomas ya tienen programas de compartición, de préstamo, de becas, de gratuidad, de reembolso parcial, de mantenimiento del mismo liobro durante un periodo de años, ... pero el problema en cierta medida persiste porque el paradigma es el mismo: libro en papel.
Amazon en Estados Unidos está viviendo un éxito de su libro electrónico Kindle y este año se ha embarcado en su lanzamiento para libros de texto universitarios. Se trata de un dispositivo electrónico con conexión wireless, conexión a ordenador, con pantalla de alta definición en blanco y negro que permite almacenar y leer libros digitalizados. Hay mucho camino para mejorar el dispositivo como hacerlo multiformato, pantalla color, menos peso, menos precio... aunque por algo se empieza.
¿Que hacemos aquí que vaya en esa línea? Muy poco. El material educativo en formato digital, audiovisual o interactivo es mínimo y en muchos casos generado por los propios docentes que dedican parte de su tiempo libre a generar material actual para sus clases. No necesariamente la solución hardware debe ser el kindle, hay multitud de soluciones que solo están en fase de prueba en algún colegio: móviles, palms, ultraportátiles, portátiles, tablet pc, sobremesa, ... y que seguramente pueden dar mucho más de sí que el kindle.
Las administraciones de las comunidades autónomas y del ministerio de educación deberían replantear sus políticas de gratuidad/beca de los libros de texto que en última instancia establecen y mantienen a las editoriales en su actual situación sin promocionar en nada la investigación y desarrollo de nuevos materiales educativos multimedia. Algo deben de hacer para cambiar la dinámica en la que estamos metidos en la que pocas empresas ven rentable la creación de suficientes materiales educativos digitales.
Mientras tanto, a forrar libros ...
4 comentarios:
Interesante reflexión.
Para mí las políticas de gratuidad de los libros de texto son nefastas para la innovación educativa, pues sólo provocan que se mantengan los modelos educativos de siempre. Desde luego que las administraciones educativas deberían replantearse estas políticas, sin dejar de ayudar al alumnado de las clases más desfavorecidas.
Maria: estoy de acuerdo que la educación debe ser un sistema equilibrador y por tanto se debe ayudar al alumnado de clases desfavorecidas, pero qué mejor ayuda que becar la informatización, la utilización de medios audiovisuales y por qué no de libros, pero no como único método pedagógico.
El problema es que las políticas de gratuidad consisten en libros gratis para todo el alumnado, sea del nivel socioeconómico que sea. Un despilfarro de dinero sólo con fines políticos. De acuerdo con el sistema de becas, para aquellos que las necesitan, pero no lo que se está haciendo ahora. Un replanteamiento de este sistema daría lugar a un ahorro de dinero que se podría invertir en ordenadores para las aulas.
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