Para ello hay que dar de alta todas las actividades que se quieren realizar y controlar. Esas tareas pueden controlarse marcando el periodo de tiempo dedicado a cada una de ellas de forma exclusiva. Cada día está dividido en periodos de 15 minutos que deben marcarse para hacer el seguimiento.

En base a esas marcas se extraen una serie de estadísticas y gráficas que permiten llevar un control más férreo sobre nuestro tiempo.
Los cronogramas pueden imprimirse para mejor control y también pueden compartirse y compararse con otros usuarios convirtiendose en una red social de gestión del tiempo.
Visto en Kabytes
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