Sin dudarlo, de forma generalizada y empezando por mi casa estos han sido unos reyes eminentemente tecnológicos. La lista de gadgets que han dejado por doquier es interminable, tanto grandes como pequeños todos disfrutamos del regalo geek: consolas, móviles, ordenadores, dispositivos de música, dispositivos de vídeo, cacharros teledirigidos u otras múltiples posibilidades.
Una vez las cajas desenvueltas empiezan las dificultades:
- conseguir pilas
- leer manuales (o no) e interpretarlos
- cargar baterías
- buscar destornilladores
- conservar garantías
- guardar embalaje original, ...
- unir cables
Toda una prueba para el más pintado.
Aunque hoy en día la cultura tecnológica está bien extendida puedo imaginar que en muchas casas hay algún miembro de la familia que toma las riendas y se convierte en el helpdesk familiar del día de reyes, acudiendo aquí y allí e incluso vía telefónica en algunos caso.
Y cuando a pesar de toda la buena voluntad y tiempo dedicado algo se ha empeñado en no funcionar puede ser el momento de la frustración que explican bien en el Gadgetoblog de hace algunos días.
Esperamos que los reyes se hayan portado bien con vosotros y que la frustración no haya hecho acto de presencia.
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